De: Hilos de plata, años de oro

Tu vida va transcurriendo; ¿te has detenido a pensar qué rumbo has tomado en ella y, sobre todas las cosas, qué esperas de ella en el futuro? Créeme..., no importa mucho en qué etapa de tu existencia te encuentras hoy, al tomar este libro entre tus manos. Lo que más debería inquietarte es enfrentar tu realidad tal cual es, para extraer conclusiones acerca del grado de satisfacción o insatisfacción que tienes con lo que la vida te devuelve. 
¿Por qué habría de hacerlo?, puedes preguntarte con toda razón. Y yo quiero contestarte muy brevemente.  Mira..., la vida se vive solo una vez, y es tu responsabilidad aprender de tus éxitos y de tus fracasos, de tus sonrisas y de tus lágrimas, de tus alegrías y de tus tristezas. Tú no puedes volver atrás en tus vivencias. Ellas quedan grabadas en tu memoria, el gran archivo de tu vida, la enciclopedia donde puedes recrear todos los acontecimientos de los cuales tú has sido protagonista. 
Pero la vida sigue... como el curso de un río que serpentea alegremente buscando su cauce, también tú vas transitando o has transitado ya por tu adolescencia, tu juventud, tu madurez, e ingresarás en algún momento en el otoño de tu vida.

Formalmente te extiendo una invitación para que me acompañes en este nuevo desafío.

Si decides aceptar mi invitación, pues muchas gracias desde ya, y preparémonos para iniciar este nuevo episodio de una larga búsqueda a través del pensamiento y del sentimiento de hombres y mujeres respecto de su propia existencia. 
Prometo devolverte al punto de partida, con la intención de que ambos, tú y yo, lleguemos enriquecidos por haber aprendido a valorar en su justa medida lo que significa vivir y, sobre todas las cosas, el trascender como seres humanos, legando a quienes nos siguen pautas para poder coexistir mejor.
Nadie es dueño de la Verdad, pero la suma de las verdades de cada uno de los individuos que habitan el planeta Tierra debería comprometernos a redoblar nuestros esfuerzos por construir un mundo donde reine la paz, la armonía y la comunicación entre sus integrantes. ¡Ese es el principal reto al que te estoy incitando a participar!
No me cabe duda de que aceptarás y ya entonces partimos...  


Párrafos extraídos del Prólogo