El alma es nuestro mecanismo de
control, regula cómo nos sentimos en cada una de las actividades que realizamos
a diario; en ella se funden nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Es
nuestro gran tesoro: guarda la historia de nuestra vida, todos los episodios
que nos tuvieron como actores principales y que fueron dejando sus huellas en
lo más profundo de nuestro ser.
Aunque es intangible, también
tiene sus límites. Llega un punto en que las emociones negativas la desbordan.
Cuando sientes en tu interior un peso que ya no puedes soportar, es el alma que
te pide que actúes. Algo o mucho no está bien en nosotros cuando en forma
reiterada sentimos que nuestra alma está herida, cuando no literalmente rota.
Es necesario curarla.
Es tiempo. No puedes estar en
guerra para siempre contigo mismo. Te invito a conocer las claves para entrar
en sintonía con tu alma, amigarte y restaurar sus heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario